miércoles, 13 de marzo de 2019

Actividad 2. Textos folclóricos




INTRODUCCIÓN: ¿Quién nos iba a decir, que el  “boca a boca” nos daría tanto? Pues nada más y nada menos, que la Literatura Folclórica, la tradicional, la popular.

Fuente: https://como-funciona.com/tradicion-literaria/

La historia de la humanidad se ha construido gracias a la transmisión oral y con el tiempo esta transmisión ha pasado a ser historia escrita. La tradición oral es la historia de un pueblo, una sociedad que avanza a la vez que con ella se moldean sus historias, sus vivencias, sus tradiciones.

En este segundo bloque he podido acercarme más a la Literatura de tradición oral, la cual no tiene autor, ni conocido ni desconocido, el autor es el propio pueblo. Es de las menos conocidas porque no se trabaja bien en las escuelas, ya que en los años 70, los cuentos folclóricos pasaron a ser cuentos infantiles cuando realmente se trataban de cuentos familiares. Se contaban en las casas, alrededor del fuego o de velas. Las familias y gente del pueblo contaban historias, y en aquellos tiempos, los niños no eran como los de ahora. En esos tiempos, los niños veían y trataban temas en el día a día que hoy son temas completamente tabús. Los niños veían por ejemplo, como a muchos guerreros les faltaban miembros del cuerpo, o como se tenían hijos, o como se les cortaba la cabeza a modo de castigo. El niño de ahora, es un niño de ahora. Pero el niño a lo largo de los siglos no se le ha ocultado estos temas anteriormente mencionados, ya que la vida era así y lo asumían. No tenían la necesidad de pensar en tener que ocultarlo. Por lo tanto a la hora de contar historias no se les decía iros a la ama que vamos a contar historias de violencia, o de sexo… porque formaba parte de su vida, de su experiencia, lo veían todo.
Los cuentos folclóricos no son cuentos infantiles, jamás lo han sido, a diferencia de lo que yo pensaba. Son cuentos familiares. Por lo que a este tipo de literatura no se la puede llamar literatura infantil, porque el principal objetivo era que el pueblo pasase un buen rato en ambiente familiar escuchando o transmitiendo las historias de forma horizontal, que narraban sueños de la gente del pueblo. Por lo tanto los clásicos como Cenicienta, Blancanieves, Caperucita… no son cuentos infantiles, eran familiares. Y no tenían moraleja. El primero que la puso fue Perrault y los aplicó para educar a la gente de la corte.
Estas historias-cuento, no surgen de una persona. Son historias que surgen en el pueblo. Pasaba de generación en generación y de pueblo en pueblo durante los siglos con el fin de no perderse. Por este motivo, podemos encontrar de una misma historia folclórica tantas versiones. Al ir transmitiéndose durante tanto tiempo y de boca en boca acaban sufriendo infinitas modificaciones, desde suprimir partes por olvido, hasta añadir aspectos que den “morbo” al asunto. Por lo tanto una de las características de la literatura folclórica es el anonimato, ya que existen tantos autores como personas lo han contado a lo largo de los siglos hasta el momento en que alguien los fijó a través de la escritura.

Fuente: http://rigortextual.com/blog/tipos-de-narrador


Por ello surgieron diferentes recopiladores (transcriptores de los textos que la gente del pueblo les narraban, siendo fieles a la narración original), adaptadores (los que adaptaban los textos con la intención moralizante) y versionistas (los que elaboraron sus propias creaciones tomando prestado los cuentos folclóricos). Los más conocidos fueron los Hermanos Grimm, por su gran precisión y respeto con las tradiciones populares y sus adaptaciones al gusto de su público más fiel: los niños. Tuvieron un gran éxito y se diferenciaban del resto por tener una visión optimista muy marcada, ya que el desenlace en sus historias era casi siempre satisfactorio; y porque el proceso de identificación con el héroe en sus historias era muy sencillo, y permitían al niño querer convertirse en el protagonista.





La oralidad, es una de las características principales que hacen que la literatura folclórica tenga tanta relevancia.  Introduce al niño en la palabra. Uno de los géneros que mejor fomenta este aspecto es la poesía oral, con su ritmo, sus símbolos… ejercitan la memoria y despierta el ingenio de los niños. Los niños sienten gusto por el juego de palabras, por su sonoridad, sus rimas y onomatopeyas. Una comunicación exclusivamente oral, que permita que la imaginación despegue y que no esté mediatizada por representaciones gráficas.
Otra característica de estos es que son adaptativos al aula. Como maestros los podemos adaptar a nuestro grupo de alumnos, al fin y al cabo sería una versión más de las tantas que ya hay, y de esta forma convertirlos al público infantil.  Pero considero de gran importancia el cuidado que debemos tener a la hora de adaptar los cuentos folclóricos a los niños y niñas de nuestra aula, pues tenemos que hacerlo según sus necesidades y características.
Como docentes tenemos que entender que por muy pequeños que veamos a los niños, son perfectamente capaces de establecer significados simbólicos y por ello tenemos que potenciar esa reflexión y no dar respuestas anticipadas. No hay que explicar los cuentos a los alumnos, hay que dejar que decidan ellos lo que el texto les está transmitiendo.
Los textos folclóricos son para contar, no para leer, por lo que el lenguaje del texto escogido se alterará cuando yo lo narre y, por lo tanto, es poco relevante. Los relatos orales ayudan a los niños a conocerse y a explicarse el mundo, ya que transmiten una serie de conocimientos, de tradiciones y de maneras de ser y de pensar propias.
Parece ser que el canto y el juego no se perderán nunca, pues dependen del niño, mientras que el cuento folclórico narrado depende del adulto que lo está dejando perder.
Por otro lado, los cuentos son el primer e importantísimo paso que acerca el niño a la lectura. Hay que ser conscientes que actualmente la capacidad de crear o de imaginar está muy mermada en los niños y que en la familia y los maestros está la responsabilidad de retomar una literatura que a tantos niños ha ayudado. Una de las cualidades de los cuentos es la de estimular la fantasía y la imaginación.
La literatura folclórica tiene 3 géneros: teatro, verso y prosa.
El teatro folclórico, representado por títeres y marionetas, interpretaba escenas tradicionales de comedia bufonesca, de palos, luchas violentas… con un guion simple, conocido como los títeres de cachiporra, cuyo argumento siempre era el mismo. Actualmente el teatro folclórico se topa con dos dificultades: los teatros de folclore tradicional ha desaparecido casi por completo, y que los títeres son considerados como entretenimiento solo para niños, cuando no debería de ser así, ya tan solo se trata de un recurso altamente positivo que favorece la interiorización de argumentos, conceptos y vocabulario, además de ser motivador. Y por esto mismo es ideal para usar con niños y captar su atención.



En cuanto al verso, la poesía es el género que más acentúan el carácter lirico y la expresividad. Además de su importantísima característica como es la oralidad, que ya he comentado anteriormente, fomenta la memoria, el sentimiento y la afectividad, rompiendo esquemas y convenciones, desarrollando la espontaneidad y la originalidad, permitiendo dejar volar libremente a la fantasía y a la creatividad. Como docente, siempre podemos comenzar con las nanas y retahílas que son de las primeras cosas que el niño escucha, y continuar con los trabalenguas, villancicos, adivinanzas, refranes, canciones para saltar a la cuerda, para jugar a las palmas, etc… que pertenecen al folclore. Es una forma divertida de mostrar cultura a los niños y con su ritmo pegadizo y sus letras simples son fáciles de aprender.




Y respecto a la prosa, el cuento maravilloso fue el más extendido. Los cuentos folclóricos, según la clasificación realizada por Vladimir Propp, se diferenciaban en: mitos, que eran historias de origen religioso, cuyas religiones han desaparecido (mitología germánica, los vikingos). Era para explicar a la gente del pueblo con cuentecitos, los fenómenos naturales, sociales o psicológicos utilizando dioses y héroes como personajes. Un ejemplo de mito es la historia de Cupido y Psique, los personajes son dioses como Venus (diosa del amor y la belleza), Ceres (diosa de la fertilidad), Cupido (dios del amor)…
Cuentos de animales, sus personajes tienen que ser animales para que sean cuentos de animales, un cuento es por ejemplo “Los siete cabritillos”. Propp los divide de esta manera: Los cuentos de animales, cuyos personajes (que son animales) desempeñan roles del ser humano como el papel de la madre. Tienen enseñanzas, una o varias pero no en forma de moraleja. Y las fábulas, en las que los animales representan vicios y virtudes de las personas, arquetipos humanos. Un ejemplo de un cuento así es “La cigarra y la hormiga”. Siempre tienen moraleja.
Cuentos de fórmula, son aquellos en los que todo el cuento o bien parte de él, hay que aprendérsela de memoria, porque si no te lo aprendes no es igual de divertido. Son los cuentos mínimos (“Te cuento el cuento gallo pelado, que al pasar la tapia se quedó enredado”), los de nunca acabar (“El cuento de la buena pipa”) o los acumulativos (“El castillo de Chichurumbel”).
Y los cuentos de hadas o maravillosos, con un personaje al menos mágico-fantástico (héroes, hadas, duendes, gigantes, ogros, brujas, genios, magos…). Hay tres momentos clave: la fechoría inicial (planteamiento), las acciones del protagonista (nudo) y un desenlace feliz. Para su uso con niños, la narración debe presentar los acontecimientos de forma cronológica y lineal y establecer relaciones de causa-efecto entre las acciones.




CUENTO: "兰辞”: (Mùlán cí)- 郭茂倩/Guō Màoqiàn
Traducido: La "Balada de Mulan"- Guō Màoqiàn




Fuente: http://m.gsdaquan.com/erjiye/th_detail-4602-24.html



Justificación de la elección del cuento: He elegido este cuento porque considero que es una de las mejores historias con las que poder trabajar a través del personaje de Mulán los estereotipos asociados a las mujeres, alejándonos de la imagen tradicional del personaje femenino de los cuentos infantiles, además de poder desarrollar la sensibilidad ante las desigualdades de todo tipo que afectan a las mujeres en distintas sociedades. Ademas puedo conseguir que los niños se acerquen a otras culturas del mundo, que las conozcan, y así se puedan eliminar ciertos prejuicios.


Justificación de la elección de la edad: Lo usaría en las aulas de último ciclo de Infantil (5-6 años), ya que se encuentran en un proceso evolutivo bastante más maduro, lleno de incertidumbres y con la necesidad de construir su personalidad. Además habrán escuchando y serán conocedores de las historias de princesas que a menudo suelen ser salvadas por un príncipe o un amor verdadero de éste, por lo tanto, esta historia puede romper sus esquemas y ofrecerles a los niños y niñas otros puntos de vista que antes no se les habría ofrecido, descubrir que todos y todas podemos ser igual de valientes, guerreros y habilidosos.
Según el artículo “Propuestas para educar en igualdad de género desde la Educación Infantil y Primaria”, realizado por Mayra Bosada, hay una investigación que afirma que las niñas de 6 años comienzan a sentirse menos inteligentes que los niños. La investigación concluye que las ideas culturales sobre el género se adquieren desde edades tempranas y estas nociones estereotipadas afectan los intereses de los más pequeños.
Por lo que como docente, pienso que es fundamental la transmisión de valores de respeto, tolerancia e igualdad entre mujeres y hombres.  A esta edad, los niños tienen una gran receptividad a la hora de aprender, por lo que constituye una etapa idónea para que los niños y niñas asimilen las pautas de conducta igualitarias.






La balada de Mulán

Los insectos celebran con su canto la tarde.
Mulán está tejiendo ante la puerta.
No se escucha girar la lanzadera,
tan sólo los lamentos de la niña.
Preguntan dónde está su corazón.
Preguntan dónde está su pensamiento.
En nada está pensando,
si no es en el rey Kong, su bello amado.
La lista del ejército ocupa doce rollos
y el nombre de su padre figura en todos ellos.

No hay un hijo mayor para el padre,
un hermano mayor que Mulán.
«Yo iré a comprar caballo y una silla,
yo acudiré a luchar por nuestro padre.»
Ha comprado en oriente un caballo de porte,
ha comprado en poniente una silla y cojín,
ha comprado en el sur una brida
ha comprado en el norte un buen látigo.

Al alba se despide de su padre y su madre;
cuando anochece, acampa junto al Río Amarillo.
Ya no escucha el llamado de su padre y su madre,
tan sólo el chapoteo del caballo en el agua.
Al alba abandona el Río Amarillo;
cuando anochece, llega a la Montaña Negra.
Ya no escucha el llamado de su padre y su madre,
tan sólo a los caballos relinchando en el monte.

Cruzó miles de millas en busca de la guerra,
corrió como volando por pasos y montañas,
las ráfagas del cierzo traían son de hierro,
a la luz de la luna brillaban armaduras.
Allí los generales luchando en cien batallas
morían, y después de haber dado diez años
volvían a su casa, valientes, los soldados.

De vuelta, es recibida por el Hijo del Sol,
que se sienta en la Sala de los Resplandores.
Le concede medallas por sus méritos muchos,
le ofrece alas de pato crujientes por millares.
El Khan le ha preguntado qué quiere hacer ahora.
«Mulan no necesita honores oficiales,
dame un burro robusto de cascos bien ligeros
y envíame de vuelta a casa de mis padres.»

Cuando escuchan sus padres que su hija se acerca,
los dos salen a verla, dándose de codazos.
Cuando escucha su hermana que su hermana se acerca,
se arregla y se coloca delante de la puerta.
Cuando escucha su hermano que su hermana se acerca,
saca filo al cuchillo, sacrifica un cordero.

«He abierto la puerta de mi cuarto oriental,
y en el occidental me he sentado en la cama.
Me quité la armadura que llevaba en la guerra
y me he puesto la ropa que llevé en otro tiempo.
Delante del espejo, cerca de la ventana
me he peinado el cabello enmarañado
y he adornado mi frente con pétalos dorados.»
Cuando Mulan salió ante sus camaradas,
todos se sorprendieron, quedándose perplejos.
Doce años estuvieron con ella en el ejército
y ninguno sabía que era una muchacha.

Las patas del conejo saltan más,
los ojos de la hembra son algo más pequeños,
mas cuando ves un par corriendo por el campo,
¿quién logra distinguir la liebre del conejo?
                       
Fuente: http://todoal59.blogspot.com/2007/11/la-balada-de-muln.html


Resumen:
Mulan tejía y escuchó que el ejército estaba reclutando a gente; uno de ellos era su padre. Ella quiso ir por él, pasa noche y día en el campo de batalla, luchando durante doce años. Tras terminar esta con el servicio militar, el emperador le entregó los más altos honores. Pero esta, al no querer continuar allí, le pide solamente regresar a su casa. Después de esto, sus antiguos compañeros la visitan y descubren sorprendidos al verla que es una mujer. Por último, el poema termina con la metáfora de la liebre y el conejo hembra, siendo preguntado por un narrador si hubiese alguien que pudiera distinguirlos.


Uso en el aula:
  • Cambios que realizar: Se trata de una balada, bastante extensa para los niños de infantil y con palabras que posiblemente desconozcan por lo que, en vez de cantarla, se la contaría. Les contaría la historia, respetando el simbolismo, los roles de los personajes y los motivos principales como he hecho en el resumen anterior. Pondría énfasis en la idea de que pasaron muchos días y muchas noches, en las que ella estaba luchando en una guerra, lejos de casa. Pero sin enfatizar mucho en la idea de que estaba lejos de sus padres,  o que su padre estaba tan enfermo que pudiera estar muriéndose. También evitaría mencionar la última metáfora con la que acaba la balada, donde hace la comparativa del conejo y la liebre, ya que puede confundirse como una moraleja, y lo importante es que los niños lo descubran por si mismos.

  • Contexto en el que se realizará la narración: En la escuela a día de hoy, tristemente aún se sigue infravalorando a la mujer y restándole valor. ¿Cómo? Hay frases y creencias que siguen instaladas y ancladas en nuestra cultura. No es extraño escuchar a un niño decir que las niñas no pueden jugar con ellos al fútbol porque... son niñas, o niños que se ríen de una niña porque no la consideran muy "femenina" o “lleva el pelo tan corto que parece un chico.” Por todo ello creo y considero que cualquier momento del día, desde el aula podemos transmitir la igualdad, y que mejor que con esta historia. Después de la asamblea, o al finalizar una actividad, después de hacer alguna dinámica con movimiento... Podremos elegir cualquier momento. Además no se debe de explicar el por qué se realiza la narración de un cuento determinado en un momento concreto a los niños, ya que son ellos los que deben de sacar la simbología.



  • -Preguntas que se plantearán al final:
-¿Qué es lo que más os ha gustado del cuento?
-¿Por qué no iban las chicas a la guerra?
-¿Por qué las chicas no podían luchar?
-¿Mulan se muestra como una mujer fuerte o débil?, ¿valiente o cobarde?, ¿es capaz de hacer las mismas cosas que los hombres?
-Definir en una palabra la opinión que tienen sobre el personaje de Mulan
-¿Pueden los niños y las niñas hacer las mismas cosas, jugar a los mismos juegos, tener las                     mismas profesiones?
-Inventar otro cuento o historia con el personaje central.





Motivos y simbología:
  • La leyenda de esta mujer guerrera existe desde al menos el siglo V y apenas ha perdido popularidad después de mil quinientos años.
  • Se puede clasificar como un cuento maravilloso, dentro de la Literatura folclórica, ya que cumple con las características de estos cuentos tradicionales en los que aparecen una serie de elementos que los identifican como la existencia de un personaje maravilloso (héroe), la acción (superación de obstáculos, pelea y recompensa al final) y un desenlace feliz.
  • El personaje principal, Mulan correspondería al personaje de la heroína, ya que su destino es casi fijo hacia el cual camina, de origen humilde, es bella, sencilla y correcta, ingeniosa e inteligente. Características propias de los héroes en los cuentos maravillosos. Aunque no es ayudada por ningún poder mágico o ser sobrenatural (aunque diferentes versiones como Disney digan lo contrario). Mulan no tiene ninguna habilidad mágica, ella toma el lugar de su padre simplemente poniéndose su armadura.
  • Mulan habría vivido en una cultura en que las mujeres eran sumisas, por lo tanto una vez más, la literatura folclórica quiere plasmar en sus historias los deseos e ilusiones del pueblo, en este caso, los de las mujeres del S.V de China.
  • Salvar China fue el menor de los méritos de Mulán. Se convirtió en la figura de una mujer guerrera, que en lugar de dar honor a su familia con un matrimonio ventajoso y un maquillaje bien puesto, decidió cortarse la melena y alistarse al ejército haciéndose pasar por un hombre. ¿Para salvar a su padre? Claro, pero no era el único motivo: Mulán también quería probarse a sí misma -y al mundo- que podía ser algo más que un florero. Mulán nos enseña que el valor también trae honor, y no es algo exclusivo de los hombres, que las mujeres no son inferiores, sólo necesitan una oportunidad de demostrarlo.


Es curioso saber que en China sigue siendo, más que en cualquier otro lugar, un símbolo de esperanza e inspiración.









CUENTO: “Los vestidos nuevos del emperador”- Hans Christian Andersen.




Justificación de la elección del cuento: He elegido esta historia ya que es un cuento que trata de manera muy sencilla y divertida el tema de la inocencia como virtud, y que por encima de las presiones, al fin, la verdad se acaba imponiendo. Una historia sobre el valor de la sinceridad para transmitir diferentes valores a los más pequeños.



Justificación de la elección de la edad: Este cuento lo contaría con niños y niñas de 4-5 años, ya que el tema del desnudo y el engaño les suele hacer mucha gracia a esta edad. Además, se encuentran en un momento evolutivo en el que dan mucha importancia a la opinión de los demás. La historia tiene unos valores que los niños de esta edad ya son capaces de aprender, pero además, añadirle el tema de humor a partir de las actuaciones del emperador ayuda un poco más.



Hace de esto muchos años, había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia. No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: "Está en el Consejo," de nuestro hombre se decía: "El Emperador está en el vestuario." La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida.
- ¡Deben ser vestidos magníficos! -pensó el Emperador-. Si los tuviese, podría averiguar qué funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan. Podría distinguir entre los inteligentes y los tontos. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mandó abonar a los dos pícaros un buen adelanto en metálico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.
Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, que se embolsaron bonitamente, mientras seguían haciendo como que trabajaban en los telares vacíos hasta muy entrada la noche.
«Me gustaría saber si avanzan con la tela»-, pensó el Emperador. Pero habla una cuestión que lo tenía un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera estúpido o inepto para su cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por sí mismo; sobre este punto estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a otro, para cerciorarse de cómo andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela, y todos estaban impacientes por ver hasta qué punto su vecino era estúpido o incapaz.
«Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pensó el Emperador-. Es un hombre honrado y el más indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no hay quien desempeñe el cargo como él».
El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los cuales seguían trabajando en los telares vacíos. «¡Dios nos ampare! -pensó el ministro para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!». Sin embargo, no soltó palabra.
Los dos fulleros le rogaron que se acercase le preguntaron si no encontraba magníficos el color y el dibujo. Le señalaban el telar vacío, y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada había. «¡Dios santo! -pensó-. ¿Seré tonto acaso? Jamás lo hubiera creído, y nadie tiene que saberlo. ¿Es posible que sea inútil para el cargo? No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».
- ¿Qué? ¿No dice Vuecencia nada del tejido? -preguntó uno de los tejedores.
- ¡Oh, precioso, maravilloso! -respondió el viejo ministro mirando a través de los lentes-. ¡Qué dibujo y qué colores! Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado extraordinariamente.
- Nos da una buena alegría -respondieron los dos tejedores, dándole los nombres de los colores y describiéndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en la memoria para poder repetirlas al Emperador; y así lo hizo.
Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Todo fue a parar a su bolsillo, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en las máquinas vacías.
Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero; miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.
- ¿Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, señalando y explicando el precioso dibujo que no existía.
«Yo no soy tonto -pensó el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Sería muy fastidioso. Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.
- ¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.
Todos los moradores de la capital hablaban de la magnífica tela, tanto, que el Emperador quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se encaminó a la casa donde paraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.
- ¿Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. Fíjese Vuestra Majestad en estos colores y estos dibujos - y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían la tela.
« ¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tonto? ¿Acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso».
- ¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el telar vacío; no quería confesar que no veía nada. Todos los componentes de su séquito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: - ¡oh, qué bonito! -, y le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela, en la procesión que debía celebrarse próximamente. - ¡Es preciosa, elegantísima, estupenda! - corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella. El Emperador concedió una condecoración a cada uno de los dos bellacos para que se la prendieran en el ojal, y los nombró tejedores imperiales.
Durante toda la noche que precedió al día de la fiesta, los dos embaucadores estuvieron levantados, con dieciséis lámparas encendidas, para que la gente viese que trabajaban activamente en la confección de los nuevos vestidos del Soberano. Simularon quitar la tela del telar, cortarla con grandes tijeras y coserla con agujas sin hebra; finalmente, dijeron: - ¡Por fin, el vestido está listo!
Llegó el Emperador en compañía de sus caballeros principales, y los dos truhanes, levantando los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:
- Esto son los pantalones. Ahí está la casaca. - Aquí tenéis el manto... Las prendas son ligeras como si fuesen de telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo, mas precisamente esto es lo bueno de la tela.
- ¡Sí! - asintieron todos los cortesanos, a pesar de que no veían nada, pues nada había.
- ¿Quiere dignarse Vuestra Majestad quitarse el traje que lleva -dijeron los dos bribones- para que podamos vestiros el nuevo delante del espejo?
Quitóse el Emperador sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretendían haber terminado poco antes. Y cogiendo al Emperador por la cintura, hicieron como si le atasen algo, la cola seguramente; y el Monarca todo era dar vueltas ante el espejo.
- ¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. ¡Vaya dibujo y vaya colores! ¡Es un traje precioso! - El palio bajo el cual irá Vuestra Majestad durante la procesión, aguarda ya en la calle - anunció el maestro de Ceremonias.
- Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? - y volvióse una vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.
Los ayudas de cámara encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para levantarla, y avanzaron con ademán de sostener algo en el aire; por nada del mundo hubieran confesado que no veían nada. Y de este modo echó a andar el Emperador bajo el magnífico palio, mientras el gentío, desde la calle y las ventanas, decían:
- ¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué hermoso es todo!-. Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.
¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño. - ¡Dios bendito, escuchad la voz de la inocencia! - dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.
- ¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!
- ¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.




Resumen:
El cuento es la historia de un emperador al que lo único que le importaba eran sus vestidos, y contrató a dos embusteros que prometieron hacerle un traje con una tela especial que solo podrían ver quienes no fueran tontos o ineptos para su cargo. El Emperador les proporcionaba oro y telas para confeccionar sus ropajes y ellos se lo guardaban para sí mismos haciendo que tejían, cuando no era así. Cuando los asesores del rey iban a visitar el taller, le hacían creer a este que había unos trajes preciosos con colores ideales por miedo a ser tomados por tontos. Al final se lo acabó creyendo todo el pueblo, hasta que llegó la hora de la verdad donde el Emperador desfilaría con ese maravilloso traje y un niño gritó entre risas oponiéndose a las opiniones del resto de la gente: “el emperador está desnudo”. Todos los habitantes del reino se dieron cuenta del engaño y tomaron al rey por tonto y ridículo.


Uso en el aula:
  • Cambios que realizar: La historia la abreviaría un poco, sin perder la estructura y simbología de los personajes y las acciones. También adaptaría algunos términos por palabras más conocidas por los niños. Por ejemplo: en vez de usar truhanes, podemos decir mentirosos o embusteros. O cuando se dice “estúpido” cambiarlo por bobo, siendo un lenguaje más cercano y acorde a los niños de esta generación en la que vivimos.


  •  Contexto en el que se realizará la narración: Usaría este cuento en cualquier momento dentro de su etapa evolutiva correspondiente, aunque a lo mejor lo destacaría más en ciertos momentos y/o experiencias que se vivan en el aula relacionados a cuando cuentan mentiras o les afecta lo que su compañero o compañera ha dicho sobre él/ella. Se encuentran en un pleno desarrollo de su propia identidad, por lo que es tan importante saber lo que opinan los de alrededor, como que esa opinión sea la verdadera.



  • Preguntas que se plantearán al final:


-¿Qué andaba buscando el emperador?
-¿Qué le vendieron en lugar de tela?
-¿Qué dijo la gente al ver al emperador desnudo?
-¿Quién dijo al fin que el emperador iba desnudo?
-¿Por qué la gente no decía nada si veían al emperador desnudo?
-¿Por qué solo el niño dice la verdad al emperador?
-¿Qué os parece lo que hicieron los embusteros? ¿Y lo que hizo el niño? ¿Y la actitud del Emperador al darse cuenta de la realidad?


Motivos y simbología:
  • El protagonista no realiza un “viaje iniciático”. Permanece todo el tiempo en su hogar, con las personas más cercanas a él. Tiene un objetivo, que es llegar a ser la persona mejor vestida de todo el reino y encontrar a los mejores tejedores para que trabajen para él, sin embargo, no lo consigue. La historia tiene un final inesperado, un final donde nadie sale ganando. Además no aparece ningún personaje fantástico, característica propia de los cuentos folclóricos, por lo que no podría ser considerado un cuento maravilloso.
  • Dejando a un lado la clasificación de Vladimir Propp, me he centrado esta vez según la clasificación que realizan Ana Pelegrín en su libro “La aventura de oír” y la de Almodovar en “Cuentos al amor de la lumbre”, y así poder clasificar esta historia dentro de los cuentos de costumbre, ya que son cuentos que suelen reflejar los modos de vida de las sociedades de un determinado momento y lugar y con frecuencia están contados con un tono satírico y burlesco. Suelen ser cuentos de príncipes tontos o raros, niños en peligro, pícaros, pobres y ricos, cuentos de miedo. También podría reconocerse como una leyenda, ya que la historia no deja de ser una forma simple de transmisión oral que refleja una tradición local: un suceso que, por extraño o milagroso que sea, se recuerda como verdadero.
  • El mejor valor de todos los que enseña el cuento está en el final, donde ese niño dice esas palabras que dan un vuelco a la historia. Y todo esto a pesar de las ayudas que tiene. Es verdad que él está feliz en todo momento, porque cree haber logrado su mayor sueño, pero en el último momento se da cuenta de que no es así.
  • La enseñanza más importante que aparece en la historia, en mi opinión, es el hecho de que un niño inocente sea el único sincero y que así, sea capaz de hacer que el resto de las personas abran los ojos. Si ese pequeño no hubiera comentado esa frase, quizás el emperador seguiría así mucho tiempo más.







CUENTO: “Los tres cerditos”- Joseph Jacobs





Justificación de la elección del cuento: He elegido esta historia porque la considero la historia de las historias. Un cuento que hemos escuchado todos y todas desde que hemos nacido, probablemente habrá sido hasta nuestro primer cuento. Es una historia que se ha transmitido generaciones tras generaciones a nivel mundial. Se han realizado diversas versiones con diferentes acciones, valores y finales. Esta historia está llena de simbolismos y valores, pero el fundamental y por el cual he seleccionado esta historia es por la idea que se transmite a los niños de que desarrollando su inteligencia, pueden vencer a contrincantes mucho más fuertes que ellos. Además de tratar el tema de la justicia, de acuerdo con el primitivo e infantil sentido de justicia, ya que sólo son destruidos aquellos que han hecho algo realmente malo.


Justificación de la elección de la edad: Para niños y niñas de 3-4 años, ya que este cuento destaca por la participación de los animales, y es importante saber que algunos niños comienzan a tenerles miedo con dos años y hasta los cinco no desaparece ese temor. Por ello, lo ideal sería segundo ciclo (3-4 anos), porque está demostrado que el verbalizar y dar voz a nuestros temores es una buena manera de hacerles frente, y si el cuento te aporta una buena visión de los animales, los niños pueden disfrutar de su compañía a lo largo de la historia.




Había una vez cerdos que hablaban en rima
Y monos que mascaban tabaco,
Y gallinas que tomaban rapé para ponerse fuertes,
Y patos que decían cua, cua, ¡oh!
Érase una vez una cerda vieja que tenía tres cerditos, y como ella no tenía lo suficiente para mantenerlos, los mandó por el mundo a buscar fortuna. El primero en marcharse se encontró con un hombre que llevaba un saco lleno de paja, y le dijo:
-Por favor, señor, deme esa paja para hacerme una casa.
El hombre se la dio, y el cerdito se construyó una casa. Entonces llegó un lobo, llamó a la puerta y dijo:
-Cerdito, cerdito, déjame entrar.
El cerdito le contestó: -No, ni lo sueñes; jamás lo haré.
A lo que el lobo respondió: -Entonces soplaré y soplaré, y tu casa derribaré.
De modo que sopló y sopló hasta que la casa hizo caer, y al cerdito se comió.
El segundo cerdito se encontró con un hombre que llevaba un atado de ramas, y le dijo:
-Por favor, señor, deme esas ramas para construirme una casa.
El hombre se las dio, y el cerdito construyó su casa. Entonces, llegó el lobo y dijo:
-Cerdito, cerdito, déjame entrar.
-No, ni lo sueñes; jamás lo haré.
-Entonces soplaré y soplaré y tu casa derribaré.
De modo que sopló, sopló y siguió soplando hasta que la casa derribó, y al cerdito se comió.
El tercer cerdito se encontró con un hombre que llevaba una carga de ladrillos, y le dijo:
-Por favor, señor, deme esos ladrillos para construirme una casa.
El hombre se los dio, y él construyó su casa. Entonces llegó el lobo, y al igual que los otros cerditos, le dijo:
-Cerdito, cerdito, déjame entrar.
-No, ni lo sueñes; jamás lo haré.
-Entonces soplaré y soplaré, y tú casa derribaré.
Pues bien, sopló, sopló, sopló y siguió soplando, pero no pudo la casa derribar. Cuando se dio cuenta de que no podría hacerlo a pesar de todos sus soplidos y resoplidos, dijo:
-Cerdito, yo sé donde hay una magnifica plantación de nabos.
-¿Dónde?- preguntó el cerdito.
-Ah, en la huerta del señor Smith. Si estás listo mañana por la mañana, pasaré a buscarte para que vayamos juntos a coger unos cuantos para la cena.
-Muy bien- dijo el cerdito-, estaré listo. ¿A qué hora quieres ir?
-A las seis en punto.
Pues bien, el cerdito se levantó a las cinco y fue a buscar los nabos antes de que llegara el lobo, que lo hizo a eso de las seis y preguntó:
-Cerdito, ¿estás listo?
El cerdito dijo:
-¡Listo! Ya he ido y regresado, y tengo una buena olla para la cena.
Esto enfureció al lobo, pero pensó que engañaría al cerdito de una u otra manera, de modo que dijo:
-Cerdito, yo sé dónde hay un gran manzano.
-¿Dónde?- preguntó el cerdito.
-Allá en el Jardín Feliz- contestó el lobo-.
Y si no me engañas, vendré a buscarte mañana a las cinco para que vayamos a buscar unas manzanas.
Pues bien, a la mañana siguiente el cerdito se apresuró a levantarse a las cuatro en punto, y fue a buscar las manzanas, esperando regresar antes de que el lobo llegara; pero esta vez tenía un camino más largo que recorrer y, además, tenía que trepar a un árbol. Justo en el momento en que se estaba bajando de él, vio al lobo venir. Como habrás de suponer, esto lo asustó muchísimo. Cuando el lobo estuvo cerca, dijo:
-¡Ajá, cerdito! ¿Has llegado antes que yo? ¿Están buenas las manzanas?
-Sí, muy buenas- dijo el cerdito-. Te tiraré una.
Y la tiró tan lejos, que mientras el lobo iba a buscarla, el cerdito bajó del árbol de un salto y volvió corriendo a su casa. Al día siguiente, el lobo regresó y le dijo al cerdito:
-Cerdito, hay una feria en Shanklin esta tarde, ¿quieres ir?
-Claro que sí- dijo el cerdo-. Iré. ¿A qué hora estarás listo?
-A las tres- dijo el lobo.
El cerdito se marchó antes de la hora acordada, como siempre. Llegó a la feria y compró un barril de manteca. Cuando iba de regreso a casa, vio al lobo venir. No supo qué hacer. Entonces se metió en el barril para esconderse, y al hacerlo, lo hizo girar, y el barril rodó colina abajo con el cerdo adentro. Esto asustó tanto al lobo, que regresó corriendo a su casa sin ir a la feria. Luego fue a casa del cerdito y le contó cuánto lo había asustado una gran cosa redonda que bajó a toda velocidad por la colina. Fui a la feria y compré un barril de manteca. Cuando te vi, me metí en él y rodé colina abajo.
El lobo se puso terriblemente furioso y pensó que se comería al cerdito metiéndose por la chimenea para atraparlo. Cuando el cerdito se dio cuenta de las intenciones del lobo, colgó una olla llena de agua y encendió un fuego abrasador. Justo cuando el lobo estaba bajando, quitó la tapa, y dentro cayó el lobo. El cerdito enseguida volvió a poner la tapa, lo coció, y se lo comió para la cena.
Y vivió feliz para siempre.



Resumen: Tres cerditos construyen sus casas con distintos materiales. El lobo derriba la casa de paja del primer cerdito y se lo come, la casa de madera del segundo y también se lo come, pero sus pulmones no pueden con la de ladrillo del tercero, por lo que intenta entrar por la chimenea, pero entonces el cerdito listo lo espera con un caldero y lo asa.


Uso en el aula:
  • Cambios que realizar: No cambiaría nada, ya que aunque pueda parecer algo traumático la desaparición de los dos primeros cerditos al ser devorados por el lobo, no lo es. Al hablar a los niños del cuento de Los tres cerditos, encontramos sólo regocijo en cuanto al merecido castigo del lobo y la astuta victoria del tercer cerdito, y no se manifiesta dolor alguno por el destino de los otros dos cerditos. Además, de esta versión me ha gustado mucho la idea de no especificar si uno es el cerdito pequeño, el mediano o el mayor, evitando el constante prejuicio que se hace de que el mayor siempre es el más listo. También, esta versión me parece que es la más adecuada para contársela a los niños, ya que en ningún momento se menciona que hicieran la casita rápido para irse a jugar, dando a entender o queriendo fomentar la importancia del trabajo consciente y responsable para la obtención del bienestar, ya que es algo que por su etapa evolutiva en la que se encuentran, no necesitan saberlo aún. Podría acortarlo, si quitase las distintas excursiones en las que el tercer cerdito obtiene comida, ya que son detalles que suelen olvidarse fácilmente, pero constituyen una parte importante de la historia, ya que ponen de manifiesto la diferencia existente entre comer y devorar.

  •  Contexto en el que se realizará la narración: Considero que se trata de una historia que no necesita un momento concreto para contarse. Puede ser después de la asamblea, antes de comenzar alguna actividad, ates de ir a comer... Al cotarles este cuento podremos conseguir que los niños puedan apreciar los ritmos de respiración y cuál es el más adecuado; aprenderán a relajarse a través de la escucha del cuento y controlarán la fuerza, la intensidad y la velocidad del soplo, a la vez que trabajan los músculos del aparato fonatorio, previniendo de futuros trastornos o incluso ayudando a remediar trastornos ya existentes, a la hora de articular y/o hablar.

  • Preguntas que se plantearán al final:


¿De qué material hubierais hecho vuestra casita? ¿Por qué?
¿Cómo consiguió salvarse el cerdito de las garras del lobo?
¿Os parece que el cerdito ha sido listo?
¿Cómo habría podido engañarlo mejor al lobo? ¿Cómo lo hubierais engañado vosotros?
¿Qué hubiera pasado si se hubieran ido a vivir juntos los tres cerditos?


-Motivos y simbología:
  • Los tres cerditos es un cuento de hadas por su final feliz, y porque el lobo recibe lo que se merece. Además es un cuento de hadas o maravilloso, porque deja cualquier decisión en nuestras manos, incluso la posibilidad de no tomar decisión alguna. Depende de nosotros si queremos aplicar algo del cuento a la vida real o, simplemente, regocijarnos con los sucesos fantásticos que nos relata. Nuestra propia satisfacción es lo que nos lleva a responder, a los significados ocultos, relacionándolos con nuestra experiencia de la vida y con nuestro actual estado de desarrollo personal.
  • También pertenece a los cuentos maravillosos, debido a que sus personajes son animales que hablan y se comportan como personas en un contexto humano. Además se presentan acontecimientos de forma cronológica y lineal y se establecen relaciones de causa-efecto entre las acciones. La versión que he utilizado comienza con una fórmula de entrada a modo de inspiración, o para captar la atención de los oyentes. Como motivo principal aparece el de la fuga y persecución. El arquetipo que aparece es el de “comerse a alguien”.
  • El tercer cerdito es el único capaz de predecir correctamente la conducta del lobo, del enemigo o extraño que intenta seducirnos y atraparnos; y por esta razón, el tercer cerdito puede vencerle. Se ha hecho justicia: el lobo, que ha devorado a los otros dos cerditos y quería devorar también al tercero, termina siendo comida para este último. El niño, identificándose con cada uno de los tres cerditos, comprende que el tercero de ellos es quien finalmente vence al enemigo gracias a la inteligencia y la planificación racional. Así, además de dar esperanzas al niño, al que durante toda la historia se le ha invitado a identificarse con uno de los protagonistas, se le muestra que, desarrollando su inteligencia, puede vencer a contrincantes mucho más fuertes que él. Además, el sentimiento de la equidad del niño queda satisfecho cuando el lobo recibe su castigo.
  • El cuento, manifiesta una estructura repetitiva que puede interpretarse como la búsqueda del autor por mantener la atención del joven lector, mediante la repetición de elementos que permiten la retención de los datos importantes de la historia, de ahí que en este sea constante la repetición de una disposición sintáctica de los elementos y comportamientos característicos de los personajes.
  • La primera historia de “Los Tres Cerditos” fue escrita por James Orchard Halliwell en 1849. La historia apareció en un libro titulado “Rimas populares y cuentos infantiles. “No se sabe si Halliwell, quien después usó el nombre Halliwell-Phillipps, creó la historia o simplemente le llegó de generaciones anteriores. Halliwell fue acreditado por el autor, Joseph Jacobs, cuando adaptó la historia para un libro titulado “Cuentos de hadas ingleses”.
  • Los tres cerditos» guía el pensamiento del niño en cuanto a su propio desarrollo sin decirle nunca lo que debería hacer, permitiendo que el niño extraiga sus propias conclusiones.






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  • Sierra Marcos, B. (2016). Expresión y comunicación: La Literatura Infantil (Apuntes de la asignatura). IES. Francisco Giner de los Ríos.


4 comentarios:

  1. Hola Paula,
    Acabo de leer tu segunda actividad y quería darte mi opinión por si te puede ayudar en algo. Me ha gustado mucho la introducción de tu análisis porque es un buen resumen de lo que son los textos folclóricos: sus características, sus géneros, etc.
    Por ponerte alguna que otra pega,
    Me surge la duda de si las afirmaciones sobre la fase evolutiva de los niños que haces en las justificaciones sobre la edad elegida, se basan en fuentes fiables o son fruto de tu opinión personal porque no veo nada en la bibliografía que sustente dichas afirmaciones.
    En el cuento de Mulan, dentro de cambios a realizar me parece que la frase “evitaría mencionar la última metáfora (donde hace la comparativa del conejo y la liebre) ya que puede confundirse con una metáfora y lo importante es que los niños lo descubran por sí mismos” no tiene sentido, quizá es un problema de redacción pero personalmente no entiendo lo que quieres decir.
    Por último, no sé si estoy equivocada pero en mi opinión, creo que el contexto hace referencia al momento del día que te parece más idóneo para contar los textos y en los dos primeros no me queda muy claro cuál es para ti ese momento. En el cuento de los tres cerditos se te ha olvidado comentar el contexto.
    Un saludo

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    1. Hola Marta.
      Gracias por tu comentario.
      Respecto en qué me baso para mis justificaciones de edad y en qué etapas evolutivas se encuentran, si es cierto que no aparece en la bibliografía ninguna página de consulta como has comentado, pero si lees bien mi justificación y con atención (ejemplo cuento de Mulan) verás que si aparece, incluso en cursiva, de donde me baso para justificar mi argumento. Aun así añadiré en la bibliografía las fuentes que he utilizado, y que considero que han sido bastante fiables, ya que me olvidé por completo de ponerlas.
      En cuanto a lo que comentas sobre el cuento de Mulan, dentro de cambios a realizar, la frase que te confunde o no entiendes, creo que el mensaje está claro, lo único que pue metáfora y quise decir moraleja. No sé si así lo entiendes mejor, pero efectivamente ha sido un problema de un concepto que lo he puesto mal, ya mismo lo cambio.
      Y respecto a los contextos… en el primer cuento considero que la idea que quiero transmitir está bastante clara. Es una historia que no necesita un dia o momento exacto. Es una historia que se puede contar cualquier dia, como indico en la actividad. En el segundo cuento, explico en que momentos podemos contar esa historia: “en ciertos momentos y/o experiencias que se vivan en el aula relacionados a cuando cuentan mentiras o les afecta lo que su compañero o compañera ha dicho sobre él/ella”. Contexto, tal y como yo lo entiendo, no considero que tenga que ser un momento especifico en el aula, tipo después de ir al aseo, o después de la asamblea. Contexto es un término bastante más amplio, desde mi punto de vista. Por ejemplo un cuento que hable sobre la llegada de un hermanito, el contexto en el que lo contaría sería en el que algún niño o niña de la clase ha tenido un hermanito nuevo. No se si me entiendes.
      Y en cuanto al tercero, tienes toda la razón. Me olvidé de ponerlo.. Ahora hago esos cambios.
      Saludos!

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  2. Esta casi perfecto, Paula. Se nota que tu cerebro está luchando contra los conocimientos previos sobre la funcionalidad de la literatura. Se te escapan en algunas ocasiones estas ideas, aunque sea muy veladamente. No elegimos los cuentos porque los niños a una edad concreta estén preparados para aprender unos valores sino porque ya los conocen y pueden verlos reflejados en los cuentos. Tampoco los elegimos porque presenten valores importantes. Los elegimos par cobrir los dos objetivos fundamentales del uso de la literatura en el aula:
    1- Mostrar a los niños la literatura como arte y como opción cultural para el ocio y el tiempo libre
    2- Mostrar a los niños cómo debe leerse un texto literario atendiendo a la comprensión denotativa pero también a la connotativa a partir de la interpretación del simbolismo y de la función poética del texto.

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